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RE: Evaluability Assessments: An invitation to reflect and discuss

Silva Ferretti

Italy

Silva Ferretti

Freelance consultant

Publicado el 22/08/2024

Ovación de pie, Musa. Estoy totalmente de acuerdo contigo.

Hoy en día, la mayoría de los proyectos ya están muy estructurados e incorporan todos los elementos que has mencionado, hasta el punto de encorsetarlos (¡pero ese es un debate para otro día!).

Si siguen surgiendo problemas importantes a pesar de estas importantes inversiones en seguimiento y evaluación, quizás debamos reevaluar nuestros planteamientos de gestión y seguimiento y evaluación en lugar de introducir otro proceso externo más.

Permítanme reiterar mi punto de vista: los recursos gastados en procesos de evaluabilidad -que simplemente descubren lagunas, que ya deberían ser evidentes- no son el uso más eficaz de nuestros limitados recursos de evaluación. Sería mejor invertir en el fortalecimiento de la capacidad organizativa y la localización de los esfuerzos de evaluación, en lugar de pagar continuamente a consultores externos.

O, en lugar de invertir continuamente en procesos que nos enjaulan aún más dentro de los mismos marcos, podríamos utilizar los recursos para garantizar que las evaluaciones y los procesos evaluativos estén adaptados, sean significativos y estén localizados, y no se limiten a ejercicios de «cortar y pegar» reciclando los mismos términos de referencia una y otra vez.

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PPUNTO EXTRA: un giro impulsado por la Inteligencia Artificial (IA):

Le pedí a la IA que adoptara la postura de un defensor de la evaluación de la evaluabilidad y criticara mi respuesta. ¿Saben qué? Veo los puntos de la respuesta generada por la IA y soy consciente de que los defensores están motivados por aspiraciones fuertes y genuinas. Sin embargo, también veo hasta qué punto son aspiraciones. La realidad, como también se desprende de algunos mensajes de esta conversación, es que la evaluación de la evaluabilidad corre el riesgo de convertirse en una capa más de burocracia o de controles estrechos, en lugar de la herramienta transformadora a la que aspira. Y es probable que implique maniobras a corto plazo por parte de consultores externos. Es probable que no se invierta en el compromiso, la capacidad y el apoyo que supondría este enfoque ambicioso: si los proyectos no son evaluables, no suele haber una solución rápida que lo haga.  Llámenme pesimista, pero sigo siendo escéptico. Y tengo muchas ideas sobre dónde podría gastarse el dinero en su lugar.

[A continuación, la respuesta de AI a mi petición mencionada anteriormente].

«Aunque aprecio las preocupaciones planteadas sobre la posible redundancia de las evaluaciones de evaluabilidad (EA) en proyectos bien estructurados, creo que es importante tener en cuenta el valor único que aporta la EA, más allá de llenar las lagunas de los marcos de seguimiento y evaluación existentes.

En primer lugar, la EA es algo más que una lista de control o una auditoría de lo que ya debería estar en marcha; ofrece la oportunidad de probar rigurosamente la lógica y la viabilidad de un proyecto antes de que se gasten recursos importantes. Incluso con un marco lógico y de seguimiento y evaluación sólidos, a veces los proyectos pueden pasar por alto supuestos críticos o riesgos potenciales que sólo se ponen de manifiesto mediante un proceso de evaluabilidad específico. La EA ofrece una salvaguarda, garantizando que los proyectos estén realmente preparados para la evaluación y que los datos recopilados sean significativos y procesables.

Además, si bien es cierto que la mayoría de los proyectos actuales están muy estructurados, la complejidad y la escala de muchas intervenciones hacen que puedan surgir lagunas a pesar de los planes mejor trazados. La EA permite un examen centrado de estas posibles deficiencias, ofreciendo un enfoque proactivo para la resolución de problemas en lugar de esperar a que surjan durante la fase de evaluación. Esta actitud proactiva puede, en última instancia, ahorrar tiempo y recursos al identificar y abordar los problemas desde el principio, en lugar de luchar por solucionarlos a posteriori.

En cuanto a la inversión en consultores externos, cabe señalar que la EA también puede localizarse e integrarse en las capacidades existentes de las organizaciones. En lugar de considerar la EA como un proceso externo adicional, puede ser una oportunidad para desarrollar la capacidad interna y fomentar una cultura de mejora continua. Al integrar la evaluabilidad dentro de la organización, no sólo reducimos la dependencia de consultores externos, sino que también garantizamos que las evaluaciones estén adaptadas, matizadas y reflejen realmente el contexto del proyecto.

En conclusión, aunque el fortalecimiento de los sistemas de seguimiento y evaluación es indudablemente importante, la EA no debe descartarse por redundante o innecesaria. Por el contrario, debe considerarse una inversión estratégica para garantizar que las evaluaciones sean eficaces, pertinentes y capaces de aportar conocimientos reales que impulsen mejores resultados.»