En el ámbito del desarrollo internacional, el tamaño de un proyecto se suele equiparar a su importancia. Se da por sentado que los presupuestos más elevados, los alcances más amplios y las asociaciones de múltiples partes interesadas producen mayor impacto. Sin embargo, en un mundo complejo y cambiante, ¿un proyecto a gran escala es necesariamente sinónimo de éxito? Una discusión reciente en EvalforEarth entre profesionales del desarrollo, evaluadores y académicos aportó nuevas perspectivas a este tema
En el ámbito del desarrollo internacional, el tamaño de un proyecto se suele equiparar a su importancia. Se da por sentado que los presupuestos más elevados, los alcances más amplios y las asociaciones de múltiples partes interesadas producen mayor impacto. Sin embargo, en un mundo complejo y cambiante, ¿un proyecto a gran escala es necesariamente sinónimo de éxito? Una discusión reciente en EvalforEarth entre profesionales del desarrollo, evaluadores y académicos aportó nuevas perspectivas a este tema. Las reflexiones colectivas subrayan que, si bien el tamaño de un proyecto influye en sus resultados, no es el único factor que determina el éxito. Factores clave como la pertinencia contextual, las estructuras de gobernanza, la participación de la comunidad y la capacidad de adaptación juegan también un papel fundamental.
Comprender las limitaciones estructurales
Numerosos participantes señalaron las limitaciones estructurales recurrentes en los proyectos a gran escala. Se formularon varias críticas. Entre ellas, la falta de coherencia entre las ambiciosas teorías del cambio y la limitada participación local. Se espera que actos puntuales de corta duración logren objetivos a largo plazo (p. ej. seguridad alimentaria). Se puso de relieve el coste elevado de las transacciones: las estructuras de ordenación de múltiples niveles absorben un volumen importante de recursos, reduciendo los fondos que llegan a las comunidades. La participación de estas suele ser insuficiente y se limita principalmente a la fase de diseño, en lugar de integrarse en todo el ciclo de vida de los proyectos. Asimismo, los grandes proyectos suelen adoptar marcos globales que no siempre se ajustan a la realidad local. Esto hace que la apropiación y participación comunitarias sean limitadas.
Los desafíos en materia de gobernanza son un motivo importante de preocupación. Los diseños de proyectos excesivamente complejos —habitualmente influidos por los programas de los donantes y la necesidad de visibilidad— pueden socavar la coordinación entre los actores locales y mermar los resultados. Asimismo, es más probable que los grandes proyectos sean monopolizados por las élites: los recursos y la influencia se concentran entre quienes ostentan el poder, relegando esfuerzos genuinos de desarrollo comunitario. Además, la naturaleza de los contratos laborales de los grandes proyectos impide dar continuidad a los conocimientos y conlleva una pérdida de memoria institucional, mermando en mayor medida el impacto a largo plazo.
Cuándo funciona lo grande y por qué
En la discusión también se reconoció que las intervenciones a gran escala pueden tener éxito si se dan las condiciones adecuadas. Las inversiones de alta densidad en la India con un enfoque localizado se mencionaron como modelos eficaces. Del mismo modo, se elogió una iniciativa de riego a gran escala en Afganistán —que combina el desarrollo de infraestructuras, la creación de capacidad y los beneficios medioambientales— por su enfoque cohesionado e integrado. La discusión puso de manifiesto que la eficacia depende también en gran medida de la naturaleza de la intervención: aunque los grandes proyectos son muy adecuados para respuestas humanitarias y de infraestructuras, suelen tener dificultades en sectores que requieren una transformación conductual e institucional más profunda, como la agricultura y los sistemas alimentarios.
Contexto, continuidad y capacidad: los factores de éxito
Un tema recurrente fue la importancia de alinear las intervenciones con los contextos, las culturas y las prioridades locales. La comparación de las iniciativas de microfinanciación en Bangladesh y China ilustró claramente este punto. Los modelos comunitarios en Bangladesh lograron un éxito duradero, mientras que los modelos descendentes en China fracasaron debido a una adecuación cultural deficiente y a la falta de aceptación comunitaria.
Garantizar las necesidades y la apropiación locales y abordar la equidad y las dinámicas de poder se consideraron factores de éxito fundamentales. Los proyectos se deben diseñar conjuntamente con las partes interesadas locales, garantizando la sensibilidad cultural y la pertinencia contextual. Además, valorar los conocimientos tácitos locales, fortalecer las instituciones locales y promover el aprendizaje adaptativo se consideraron esenciales. También se hizo hincapié en la importancia de contar con estructuras de gobernanza sólidas y mecanismos para la retención y transferencia de conocimientos como elementos fundamentales para la sostenibilidad.
Se mencionaron los desafíos que plantean los sistemas de seguimiento y evaluación verticales y cuantitativos. Y se abogó por adoptar enfoques más cualitativos para captar los factores conductuales y psicológicos que impulsan los cambios, que a su vez permitiría el aprendizaje en tiempo real y cualquier cambio de rumbo.
De la disyuntiva entre proyectos grandes y pequeños a intervenciones útiles y centradas en las personas
La discusión concluyó con un mensaje claro: el debate no se limita a una disyuntiva entre proyectos grandes y pequeños. El éxito depende de cómo y para quién se diseñan e implementan los proyectos. El diseño conjunto con las comunidades, la contextualización de las intervenciones a las realidades locales y la inversión en sistemas y capacidades locales son fundamentales para lograr resultados útiles y sostenibles. En una época de recortes en los presupuestos para el desarrollo y creciente complejidad, la eficacia dependerá de múltiples factores interrelacionados, no solo del volumen de financiación.