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Si nadie los lee ¿hemos comunicado algo? Replantear los informes de evaluación

Publicado el 04/12/2025 by Sibongile Sithole
If No One Reads It, Did We Communicate?
Sibongile

Aunque la comunicación se suele considerar una habilidad interpersonal fundamental en cualquier organización, los desoladores datos de un estudio reciente que reveló que casi nadie lee los informes de Naciones Unidas sugieren la carencia habitual de esta competencia o un mero desinterés. .  

El desafío

Aunque la comunicación se suele considerar una habilidad interpersonal fundamental en cualquier organización, los desoladores datos de un estudio reciente que reveló que casi nadie lee los informes de Naciones Unidas sugieren la carencia habitual de esta competencia o un mero desinterés. 

Según el Secretario General de las Naciones Unidas, en 2024 la Secretaría de las Naciones Unidas elaboró unos 1 100 informes; sin embargo, casi el 65 % de estos se descargaron menos de 2 000 veces (Naciones Unidas, 2025). Aunque esta cifra puede representar un número significativo de descargas —dependiendo del contexto, el tipo de evaluación y el número de partes interesadas— es importante observar que la descarga de un documento no implica necesariamente su lectura (Reuters, 2025).  Según Munyayi (2025), los informes de evaluación cumplen los requisitos de rendición de cuentas, pero apenas se utilizan y suelen acabar en “un cajón”. Aunque cumplen los mandatos de donantes u organizaciones, sus conclusiones pocas veces se traducen en cambios prácticos o fundamentan decisiones programáticas posteriores.

Además, los informes son cada vez más largos: el número medio de palabras se ha incrementado en un 40 % desde 2005, hasta alcanzar actualmente una media de 11 300 palabras por documento (Naciones Unidas, 2025). Si bien esto demuestra que los métodos tradicionales de presentación de informes utilizados por Naciones Unidas han dejado de atraer a sus destinatarios en todo el mundo, se observa una tendencia similar en muchas otras organizaciones. Por ejemplo, el Grupo de Evaluación Independiente del Banco Mundial ha sido objeto de críticas por elaborar informes de evaluación excesivamente extensos, obsoletos y no suficientemente adaptados a las necesidades de los equipos de operaciones (Banco Mundial, 2014). Esta tendencia pone de relieve otro desafío: el modelo tradicional de presentación de informes —con una gran cantidad de documentos— ha dejado de ser útil. 

La comunicación de las evaluaciones se debe centrar en los destinatarios y se ha de diseñar en función de cómo consumen los diferentes usuarios la información.

 En términos generales, uno de los principales problemas de los informes de evaluación es que suelen ser demasiado extensos e incluyen abundante jerga técnica (Fatima, 2025). Tienden a emplear un lenguaje que puede resultar comprensible para los especialistas en evaluación, pero no necesariamente para las partes interesadas, los miembros de las comunidades o incluso los beneficiarios de los programas. Esto plantea una pregunta fundamental: ¿A quién va dirigido realmente un informe de evaluación?

 

La posible solución

Vivimos en un mundo en el que un informe anual no es suficiente. Hoy en día, los usuarios esperan recibir información breve y potente de forma continua y en diferentes formatos. Ya sean podcasts, infografías, carruseles en LinkedIn o fragmentos de vídeo de 30 segundos, la interacción valiosa surge de historias que la gente recuerda, no de estadísticas que olvida (Jarrar, 2025). Esta idea se consolidó durante una sesión de la edición de 2025 de la Semana de la Evaluación gLOCAL a la que asistí. Corrió a cargo de The Social Impact Consultancy (TSIC, por sus siglas en inglés) y trató sobre cómo reimaginar los informes de evaluación para crear un impacto real (la metodología se puede descargar aquí). Los ponentes destacaron un cambio esencial: las evaluaciones deben comenzar por el usuario, no por el evaluador. Presentaron una metodología de cuatro pasos que replantea la forma en que se deben comunicar los resultados de una evaluación: 

  1. Análisis (identificar los casos prácticos de las partes interesadas)
  2. Emparejamiento (seleccionar productos de información adecuados)
  3. Método (diseñar enfoques de evaluación apropiados para el contexto)
  4. Elaboración (crear productos de información claros, interesantes e influyentes) 

(TSIC, 2025)

Apliqué este método en un proyecto de evaluación reciente en el que participé. Fue increíblemente transformador. En el primer paso (análisis), identificamos nuestros destinatarios principales: jóvenes, mujeres, líderes comunitarios y ancianos. Consideramos cómo utilizaría cada grupo los resultados. Este paso nos hizo mirar más allá de etiquetas genéricas de partes interesadas y nos permitió identificar sus necesidades, motivaciones y comportamientos digitales únicos. El segundo paso fue igualmente revelador. Consistió en emparejar a cada grupo de destinatarios con un formato de comunicación adecuado. Para los jóvenes, consideramos vídeos cortos, publicaciones en Instagram y resúmenes de historias en WhatsApp. Para los grupos de mujeres, diálogos comunitarios respaldados por resúmenes visuales de una página. Para los participantes de edad avanzada, carteles impresos y resúmenes en tablones de anuncios comunitarios. Y para el personal del programa, un resumen de las enseñanzas junto con un panel interactivo. Este paso puso de relieve la necesidad de utilizar formas diferentes de comunicación en función de los destinatarios y la manera en que prefieren consumir la información.

En el tercer paso (método), diseñamos enfoques específicos para cada contexto a fin de recopilar e interpretar datos. Por ejemplo, utilizamos entrevistas basadas en historias con participantes de edad avanzada que se sentían más cómodos compartiendo información de forma coloquial. Finalmente, en el último paso (elaboración), tuvimos que decidir cómo reflejar los resultados en productos de información visualmente atractivos, accesibles y prácticos. Entre ellos se incluyó el uso de Canva para diseñar infografías y un tablero de información interactivo sencillo integrado en Google Sheets para los responsables del programa. Cada producto se creó con la intención de garantizar el acceso a los resultados, pero también con el propósito de comunicarlos a los destinatarios.

Con este enfoque, observamos un aumento notable de la participación, especialmente entre el personal del programa que utilizó el tablero de información durante las sesiones de planificación, así como entre los jóvenes, que participaron en un mayor número de actos y talleres. Esto demostró que los productos de comunicación no solo se crearon, sino que de hecho se utilizaron.

En general, aplicar el método de TSIC mejoró nuestro enfoque de comunicación de las evaluaciones. Por lo tanto, recomiendo y apoyo el uso de esta metodología entre los evaluadores. 

Los informes no deberían ser documentos extensos y farragosos. Son experiencias, historias y herramientas estratégicas con capacidad de influir. Cuando se comparten y comunican de manera eficaz, pueden producir un mayor impacto. 

Lista de referencias

  1. Fatima, T, Z. 2025. Publicación en LinkedIn. Disponible en: https://www.linkedin.com/in/fatima-t-zahra-ph-d-6877aa14/
  2. Munyayi, A. 2025. From Shelfware to Action: Unpacking the Utilization of Project Evaluation Reports in Zimbabwe’s Development Sector. Disponible enhttps://doi.org/10.51244/IJRSI.2025.12050096
  3. Reuters. 2025. UN report finds United Nations reports are not widely read. Reuters.
  4. TCIS. 2025. Sesión de la edición de 2025 de la Semana de la Evaluación gLOCAL. “Reimagining Evaluation Reports to Create Real Impact” (“Reimaginar los informes de evaluación para crear un impacto real”).
  5. Naciones Unidas. 2025. Report of the Mandate Implementation Review (UN80 Initiative). Naciones Unidas