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Transparencia climática: datos, instituciones y evaluación para cumplir el Acuerdo de París

Publicado el 08/10/2025 by Natalia Aquilino
Natalia

La construcción de marcos de datos sólidos para realizar un seguimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y las acciones climáticas se ha convertido en un desafío estratégico para los países de América Latina.

La construcción de marcos de datos sólidos para realizar un seguimiento de las emisiones de gases de efecto invernadero (GEI) y las acciones climáticas se ha convertido en un desafío estratégico para los países de América Latina. Las experiencias recientes en Argentina, Costa Rica y Chile muestran que disponer de información robusta y comparable no solo es un requisito del Acuerdo de París, sino también una condición para orientar políticas públicas más efectivas y generar confianza en la comunidad internacional. Sin embargo, en nuestra región, consolidar estos sistemas implica hacer frente a obstáculos relacionados con la calidad de los datos, la disponibilidad de recursos y la coordinación institucional.

Argentina: la sostenibilidad depende de la continuidad institucional. Una de las enseñanzas principales es que los sistemas de medición, notificación y verificación (MRV, por sus siglas en inglés) no pueden apoyarse únicamente en fundamentos técnicos; requieren un marco institucional estable y con capacidad de adaptación. En Argentina la rotación frecuente de equipos técnicos y los cambios de gobierno afectaron la continuidad de los procesos, evidenciando que la sostenibilidad de los avances depende de la memoria institucional y la existencia de marcos jurídicos y acuerdos interministeriales independientes de la coyuntura política.

Chile: un inventario robusto como resultado visible. El caso de Chile ilustra otro tipo de desafío y resultado. El proyecto de fortalecimiento de la transparencia permitió consolidar un inventario nacional de emisiones con metodologías más consistentes y ajustadas a los estándares del Grupo Intergubernamental de Expertos sobre el Cambio Climático (IPCC). Este logro se considera el resultado más visible del proceso. Se consiguió a pesar de obstáculos como la fragmentación de responsabilidades entre ministerios y la necesidad de modernizar flujos de información sectoriales. La experiencia chilena muestra que incluso en contextos institucionales complejos, un objetivo claro  mejorar la calidad del inventario nacional puede movilizar recursos y generar consensos que refuerzan la transparencia climática.

Costa Rica: la transparencia se fortalece por medio de la participación. Al mismo tiempo, estos proyectos revelan oportunidades. Costa Rica logró posicionar su Sistema Nacional de Métrica del Cambio Climático (SINAMECC) como una plataforma integradora que vincula datos sectoriales y permite a diferentes actores,  desde ministerios hasta la sociedad civil  acceder y utilizar la información. Esta apertura facilita la colaboración, amplía el uso de los datos y fortalece la legitimidad de las políticas climáticas. El caso costarricense demuestra que la transparencia también depende de la participación e implicación de los diversos actores en la producción y validación de la información.

El desarrollo de la capacidad multiplica los efectos y asegura la continuidad. Otro aspecto clave es el fortalecimiento de las capacidades. En los tres países se invirtió en formación técnica de funcionarios, desarrollo de metodologías y creación de herramientas digitales. Estas iniciativas muestran que el desarrollo de la capacidad multiplica los efectos: los profesionales formados se van a trabajar a otras instituciones, llevando consigo habilidades y prácticas que mejoran el estándar general de los sistemas de notificación y planificación climática. En contextos federales como el argentino, la implicación temprana de los gobiernos provinciales resultó fundamental para mejorar la calidad y la coherencia de la información subnacional.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

©Natalia 

La evaluación convierte la transparencia en acción. Finalmente, la evaluación de estos avances emerge como un instrumento valioso para mejorar los marcos de transparencia. Al analizar logros, cuellos de botella y sostenibilidad, las evaluaciones proporcionan información fundamental para ajustar los sistemas y asegurar que cumplen su propósito: dar cuenta de los avances y desafíos en la acción climática de forma clara y rigurosa. La lección más general es que la transparencia no es un fin en sí mismo, sino un medio para fortalecer la rendición de cuentas, fundamentar la toma decisiones y, en última instancia, avanzar hacia el cumplimiento de los compromisos climáticos mundiales.

Referencias: